El resultado es dolor, enrojecimiento, hinchazón y, en ocasiones, una infección en el lugar donde está clavada la uña. La infección se puede llegar a extender por todo el dedo del pie y el hueso en casos muy severos.
Debe tener en cuenta esta sintomatología de más leve a más intensa:
- Dolor al hacer presión en la zona afectada.
- Un profundo enrojecimiento.
- Inflamación y sensibilidad elevada alrededor de la uña y dolor sin hacer presión.
- Cuando presenta infección, la zona tiende a color purulento.